Desde hace un par de años, Buenos Aires no deja de sufrir «extraños» fenómenos (sacando las cada vez más frecientes inundaciones).
26 de julio de 2006 – Buenos Aires sufre una granizada que destruye varios tejados y parabrisas.
9 de julio de 2007 – La madre naturaleza redobla su apuesta y nieva por primera vez en 89 años en la ciudad.
1 de marzo de 2008 – Dos trombos revuelven las aguas del Río de la Plata.
Todos producto del cambio climático. Ahora los argentinos vamos por más e incendiamos pastizales, cubriendo de una espesa humareda que aún sufrimos hoy en día. ¿Cuándo nos daremos cuenta que es suficiente?
Que título más dramático xD…
Pero es cierto… cada vez ocurren fenómenos de este tipo que desconciertan a más de uno y contradicen cada pronóstico…
En mi caso… quién me iba a decir que habría un temblor en Tampico donde ni cercano a fallas está…
Nos estamos destruyendo solos y por como van las cosas, no promete mejorar…
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