La concordancia entre el lema marketinero y la experiencia fehaciente se hace realidad, como pocas veces.
Hace unos meses vinieron unos amigos del exterior y con los de acá elegimos un destino nacional para que conocieran, además de Buenos Aires. Como no iban a estar mucho tiempo, no podía ser muy lejos por la duración del viaje. Pero queríamos un destino que les dejara una buena impresión. Las posibilidades eran: Patagonia, Cuyo, NOA o Iguazú.
En eso veo un mail con una promoción de aéreos de LAN a este último destino: $372 ida y vuelta. Teniendo en cuenta que los pasajes de micro estaban a unos $300, era una buena oferta.
Para quien no está informado, el mercado aéreo argentino se encuentra cuasi-monopolizado por la aerolínea de bandera, seguida detrás por LAN Argentina y otras menores como Andes y Sol, que vuelan a destinos puntuales. Las demoras, cancelaciones y paros son muy frecuentes, por lo que volar en el país resulta una verdadera odisea. Una cara odisea, porque los pasajes no son muy económicos, y tampoco dan los números para la existencia de una aerolínea de bajo costo. Aún así resulta más seguro que el lento tren o los autobuses que se ven envueltos en trágicos accidentes cada vez más seguido.
Unas semanas antes me había ido a Europa por Aerolíneas Argentinas y sufrí la demora de mis valijas. Llegadon 4 días después, por lo que tuve que comprarme ropa para un evento al que tenía que asistir. Por suerte, meses después me llegó el cheque con la compensación. Pero tuve que lucharla. Lo mío fue leve en comparación a lo que unas amigas sufrieron.
Ya conocía Iguazú, había ido a mis 15 años, y realmente era un destino impresionante. Así que me volqué por comprar los pasajes en el sitio web, que gozan con un 3% de descuento. Nos permitió elegir asientos y todo, por lo que pudimos viajar juntos. Horas antes del viaje hicimos el check-in y como no despachabamos valijas nos dirigimos directo a la puerta de embarque del Aeroparque Jorge Newbery.
El vuelo, tanto de ida como de vuelta, se hizo sin problemas, en tiempo y forma (¿debería considerarme afortunado?). Nos regalaron en ambos viajes una caja con snacks que incluía un alfajor Havanna, entre otros productos. El aeropuerto de Iguazú es modesto, pero tiene todo lo que uno puede necesitar.
Y casi un año después, LAN me vuelve a sorprender. Sin saberlo, las millas de Iguazú se me habían acreditado automáticamente (a diferencia de lo ocurrido con otras, como Aerolíneas Argentinas) y podía utilizarlas para un jugoso descuento: 5.000 millas más 200 pesos equivalían a un pasaje a Salta, Bariloche o Iguazú. Estos últimos destinos ya los conozco, mas no el primero. No lo pensé dos veces, compré el pasaje (online de nuevo). Asi que en dos semanas estaré por el Noroeste argentino.