No se enfrentaban a nadie. Hace cuatro meses, cuando empezó este baile, sus peores enemigos eran la inflación, las sospechas de corrupción, el INDEC, la posibilidad de que, si acaso, a Macri no le fuera tan mal, o sea: no tenían enemigos. Sin embargo, empezaron a hablar como si los tuvieran –y todo parecía tan extraño. Hasta que consiguieron producirlos.
Asi inicia la columna de Martín Caparrós, en la cual hace un excelente resumen de estos ultimos meses y brinda un análisis de la situación actual argentina. Seguí leyendo.
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