Finalmente, Martín Lousteau presentó su renuncia. No me voy a explayar en el trasfondo político de esta cuestión, pues varios son los medios que se dedican a eso. En lo personal, me parece una triste baja. Hace unos meses, cuando se anunció su asunción como responsable de la cartera de Hacienda, escribí un post sobre los «buenos nuevos aires» que traía esta figura a un gabinete plagado de nombres de la gestión anterior. No solo por su edad (siendo el ministro de Economía más joven en la historia del país), sino también por sus ideas, que intentaban corregir un modelo que, si bien tuvo éxito durante un tiempo, ya se encontraba desgastado.
Cuatro meses han pasado y la economía ha ido en picada. El mejor indicador es el precio de cada producto que consumimos día a día, que no deja de crecer. Lamentablemente, su juventud e inexperiencia política ha servido para que fuera un ministro sin mucho poder de decisión. Sus convicciones diferían radiicalmente con las políticas económicas de Néstor Kirchner y sus lacayos en el gabinete, lo que motivó su renuncia a cuatro meses de su asunción.
Esta renuncia ha tomado a los medios bastante desprevenidos. No porque no se supusiera su salida, de hecho varios son los diarios que se extendieron en esto, sino por el horario en que se hizo pública su renuncia: pasado el horario de cierre de las redacciones. Así, uno de los primeros en reaccionar fue, curiosamente, La Nación, que publicó en su segunda columna, y sin enlace a ninguna nota (algo inusual para este diario), la renuncia.
Al mismo tiempo, el diario online Infobae publicó en primera plana que Cristina le había solicitado la renuncia a Lousteau. Una nota plagada de inexactitudes (que básicamente culpaban al ministro de la actual crisis con el campo). Claro que la celeridad de su publicación no debería extrañarle a nadie que estuviera relacionada con su llegada al poder. Infobae es, paradójicamente, el único diario oficialista (habrá que ver la evolución de la pelea entre el poder y el Grupo Clarín para saber el futuro de Pagina12, ya bastante bapuleado por el lanzamiento del periódico de quien alguna vez fue su creador, Crítica de la Argentina). Y también es uno de los pocos diarios sín soporte en papel (sólo se publica en internet).
Al rato, Crítica y Clarín hacían eco de la noticia. El primero, con una foto un tanto irónica, del ex-ministro levantándose de una silla, la cual ilustra este post. Finalmente, Perfíl publicó una nota un tanto irónica, llamándolo «mocoso», e ilustrando la nota con una foto suya tocándose la naríz. Asimismo, hizo gala de su constante pesimismo (¿o antioficialismo?), asentando este período como «uno de los ciclos más grises que recuerde Economía». Esta derrota del gobierno será un festín para este diario.